El movimiento antiautoritario lo que pretende es que
la educación no sea autoritaria ya que algunas veces el/ la profesor/a
encuentra en el aula un lugar donde ser escuchado, obedecido, respetado,
admirado, adulado e incluso temido. Encuentra todo lo que le puede faltar en su
vida familiar, marital, o social. Se siente importante poderoso como un pequeño
dios. Olvida que el centro de atención
es el proceso de enseñanza no es le, sino el / la alumno/a. En esta
situación es fácil caer en la tentación del autoritarismo.
El antiautoritarismo es un principio que nace con el
propósito de construcción de una educación
en libertad en donde las personas perpetúen y reproduzcan la libertad,
autonomía e independencia y puedan lograr una sociedad con igualdad de
características.
En donde las personas perpetúen y reproduzcan la
libertad, autonomía e independencia y puedan lograr una sociedad con igualdad
de características.
La pedagogía libertaria es un modo diferente al que se
está acostumbrado de concebir la educación. Por educación se entiende la
asimilación por parte de las personas de una sociedad, de los valores y
comportamientos que rigen su funcionamiento.
Un modo diferente al que se está acostumbrado de
concebir la educación.
Por educación se entiende la asimilación por parte de
las personas de una sociedad, de los valores y comportamientos que rigen su
funcionamiento.
La libertad en la educación debe venir por una
voluntariedad, por un deseo una búsqueda constante que parta de si mismo y
nunca influenciado por premios/ castigos provenientes del exterior. Así no solo
estará fortaleciendo la conducta investigativa, sino también una correcta
construcción del desarrollo moral y la interiorización si ninguna coacción de
reglas de convivencia básicas y razonadas.
Combatir al estado como entidad que reprime la
autentica libertad económica y personal de todos los ciudadanos. Solo se impone
para su acción una sola limitación: la
prohibición de causar perjuicio a todo ser humano bien intencionado.
Aunque
a veces la pedagogía libertaria se ha identificado más con un método que
respeta al máximo la libertad del educando, entendemos que esta identificación
da lugar a un error fundamental, que es el de confundir un medio con un fin.
Desde esa perspectiva, una educación socialista libertaria educa para la
libertad, pero también educa para el compromiso.
Que en algunos momentos históricos los
educadores anarquistas hayan defendido el respeto absoluto por la libertad del
alumno no sólo como método sino también como fin en sí mismo, responde más bien
a circunstancias históricas determinadas, en las que el autoritarismo más feroz
debía ser contestado con una educación libre en términos absolutos. La
estructura manifiesta y profundamente autoritaria de sociedades herméticas ha
llevado a poner en movimiento ideas y prácticas pedagógicas totalmente no
directivas que tenían más bien una función terapéutica para la infancia y
juventud. También, toda la corriente de educación antiautoritaria vinculada al
psicoanálisis, como es el caso de Summerhill, se une a esta necesidad
histórica.
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